La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, ha dejado claro este miércoles que el establecimiento de una zona de exclusión aérea en Libia para frenar los bombardeos de Muamar el Gadafi contra la población sublevada tendrá que contar con el respaldo de Naciones Unidas y ser una decisión multilateral que implique a más países que Estados Unidos
"Queremos que la comunidad internacional la respalde (la zona de exclusión aérea)", ha dicho Clinton en declaraciones a Sky News. "Es muy importante que no se trate únicamente de una iniciativa estadounidense, porque esta petición llega del pueblo de Libia, no de fuera; esto no viene de las potencias occidentales o de ningún país del Golfo", ha insistido, en un intento de espantar cualquier acusación de injerencia en asuntos internos libios. "Pedimos que el coronel Gadafi abandonde", ha añadido. "Cuando un líder se vuelve contra su pueblo, esto implica su final".
Horas después, Gadafi ha vaticinado que la imposición de un corredor aéreo hará que el pueblo libio "se levante en armas" contra Occidente. En una entrevista con la televisión turca, el líder libio ha dicho que los países occidentales buscan con esa medida hacerse con el petróleo de su país. "El pueblo libio sabrá la verdad, que lo que realmente quieren es robar su petróleo", ha explicado.
Francia y Reino Unido ultiman un borrador de resolución que presentarán al Consejo de Seguridad y que contempla la creación de dicho espacio sobre territorio libio. Rusia y China, con derecho a veto en el máximo órgano de seguridad de la ONU, ya han advertido de que se opondrán a cualquier intervención unilateral en el país magebrí y han reclamado una salida negociada a la actual situación.
La imposición del pasillo aéreo es técnicamente viable pero requerirá, según expertos militares consultados por este periódico, un importante despliegue militar en la zona y posiblemente un ataque previo selectivo para anular las defensas de Gadafi. La iniciativa ha contado en las últimas horas con el respaldo de los países del golfo Pérsico y la Organización de la Conferencia Islámica, algo fundamental porque la petición de los emiratos y Arabia Saudí otorga legitimidad a una intervención extranjera en el Estado árabe, una cuestión siempre delicadísima.
El presidente estadounidense, Barack Obama, y el primer ministro británico David Cameron coincidieron ayer en que el "objetivo común" era acabar con la violencia y forzar la salida de Gadafi, según explicó en un comunicado la Casa Blanca. En una conversación por teléfono, ambos líderes "acordaron continuar valorando, también en el contexto de la OTAN, el abanico de posibles respuestas, incluidas la vigilancia, la asistencia humanitaria, el refuerzo del embargo de armas y la zona de exclusión aérea".
Operación humanitaria de EE UU y la UE
En paralelo a estos esfuerzos, Estados Unidos y sus aliados europeos están considerando el uso de fuerzas navales para hacer llegar ayuda humanitaria a la población libia y para bloquear la llegada de nuevo armamento al régimen de Gadafi, según fuentes estadounidenses y europeas consultadas por The Washington Post.
Mandos militares de la OTAN ha comenzado a contactar con los Gobiernos sobre un abanico de posibles acciones para frenar la guerra civil en el país magrebí que serán presentados a los ministros de Defensa que se reunirán este próximo jueves en Bruselas.
La Administración de Obama, la OTAN y otras organizaciones internacionales coinciden en la necesidad de que una acción militar en Libia requiere del consenso y respaldo internacional. Pero las dificultades para contar pronto con una resolución de Naciones Unidas que autorice el uso de la fuerza, obligan a aquellos países a favor de una intervención -EE UU, Reino Unido, Francia e Italia- a valorar otros posibles escenarios, según informa el diario estadounidense citando fuente oficiales de esos Gobiernos. Estas mismas fuentes aseguran que el respaldo podría llegar de bloques regionales, y recuerdan en este sentido que los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia en 1999 no contaron con el beneplácito de Naciones Unidas. "Si tienes el respaldo de la Liga Árabe, de la Unión Africana, de la OTAN y potencialmente de la UE, tienes de tu lado todos los países a menos de 8.000 kilómetros de Libia", explica una fuente de la Alianza Atlántica. "Eso te da un cierto nivel de legitimidad".
Complot occidental
Entretanto, el líder libio, un superviviente nato que juega el despiste con la oposición con la intención de dividirla, ha vuelto a lanzar un discurso desafiante en la televisión libia en el que ha acusado de traidores a los líderes rebeldes. Desde una habitación rodeada de fieles jaleándole, Gadafi ha insistido en que las revueltas están protagonizadas por jóvenes drogados por Al Qaeda y que elementos extranjeros participan en la sublevación. Se trata, en opinión del presidente libio, de un complot para colonizar Libia, como demuestran las úlitmas detenciones de "varios extranjeros".
"Ayer, las fuerzas de seguridad recuperaron el control de una mezquita y encontraron en su interior armas y alcohol. Había afganos, egipcios y algunos argelinos, que buscan engañar a nuestros jóvenes", ha dicho Gadafi, que ha añadido que "fuerzas extranjeras" estaban reclutando a jovenes en ciudades como Zentain, Az Zawiyah y Bengasi, todas ellas bajo control de los sublevados.
El discurso de Gadafi tuvo lugar horas después de que los líderes rebeldes lanzaran un ultimátum de 72 horas para que abandonara el poder. "Si abandona Libia inmediatamente, durante 72 horas, y frena los bombardeos, nosotros como libios dejaremos de perseguirle por sus crímenes", dijo Mustafa Abdel Jalil, líder del Consejo Nacional, una suerte de Gobierno de transición en la Libia liberada.
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